sábado, 11 de enero de 2014

Y yo dando mi alma por tocarte por madrugada, que ínfimo valor el mío, o que injusto traidor por no verte amanecer.

 En que lastre se convierte la vida cuando solo quedan los despojos, donde se quedó mi vida, la que buscaba la belleza, disfrutaba de los sueños, dibujaba las certezas... 

No hay comentarios:

Publicar un comentario