lunes, 20 de enero de 2014

Somos insensibles desde la comodidad de "No me quedan fuerzas para cambiar nada"

No vamos ganando y no hace falta mencionar que nunca lo haremos, al menos no en su juego. Un año, solo un maldito año más para salir de este infierno, de esta maldita cárcel, para acabar con esta sensación de ahogo, de notar la falta de aire en mis pulmones, de ver como se lleva mi aliento quien juraba protegerme, de sentir frió en las miradas, falsas palabras, pinchazos en el corazón, maldito dolor en las entrañas... ¿Como sobrevives a un año de desprecios? ¿De caídas, tropiezos, heridas... siempre provocadas? ¿Como sobrevives a un auto ahogo de consolación? ¿Acaso es posible la mejora? Distinto lugar, mismas desilusiones. ¿Que cambia en este mundo? ¿Que cambia en mi? Todo lo que tuve se me fue, toda la ilusión se marchitó, todas las ganas de vivir se esfuman con la última escarcha... Y es que la maldad asola las ciudades, la crueldad se expande y la bondad no tiene lugar en este mundo de injusticias. Aguanta el golpe, resiste el dolor, todo esto te hará mas fuerte dicen, igual no quiero ser fuerte si todo este dolor es el precio a pagar, igual prefiero hundirme en el lodo y desaparecer, marchitarme lentamente igual que el resto de mi, porque al fin y al cabo ¿que me queda? un cuerpo golpeado y confuso, mi mente, mi esperanza, mis sentimientos, huyeron a otros lugares más seguros hace tiempo...

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